Ser cinéfilo implica querer abarcar todo el cine. Tanto el viejo como el nuevo. Por eso estamos viendo películas todo el tiempo. A veces se nos pasan estrenos. En este caso se me pasó un estreno del 2005. No es gran cosa pero me despertó ganas de escribir.
1 – El Departamento (Wicker Park, 2004) se estrenó en el 2005. Yo se la pedí prestada a un amigo en el 2007 pensando que era The Apartment de Billy Wilder. Recién la vi en el 2008 para descubrir que no era la película de gran Billy sino que era un mamarracho de lo que queda del glorioso Hollywood.
La película empieza con unas imágenes del protagonista corriendo de acá para allá. Sobre esas imágenes se sobreimprimen los títulos de apertura con unos efectos digitales que entrecortan la imagen. Ese minuto que duran los títulos sirve para entender de que va la película: puro truco.
El director Paul McGuigan tiene una idea del cine que es bastante común: el cine debe ser artificio. Es un planteo similar al de Peter Greenaway en un punto. Greenaway sostiene que como el cine es artificio no cree que haya que ocultarlo sino todo lo contrario remarcarlo. Y así usa sobreimpresiones, escenarios artificiales, etc. El problema es que Greenaway y McGuigan usan su concepción del cine para decir cosas tan originales como que el mundo es una mierda y que todo se rige por el azar. ¿Alguien dijo 7, el número equivocado? ¿Quién mencionó El vientre de un arquitecto?
2 – Una constante del cine que se realiza en los primeros años del Siglo XXI es la de contar historias con temporalidades alteradas: Memento, I’m not there, La casa del lago, Babel, la ya citada 7, el número equivocado son ejemplo de esto. El Departamento pertenece a este grupo, pero al mismo tiempo forma parte de otra tendencia del cine de los últimos años: las película con vueltas de guión. Hay juegos con las historias que convierten a las películas en algo interesante: Los sospechosos de siempre, Los infiltrados o Ayer otra vez. Pero estas películas eran buenas a pesar de las vueltas de tuerca. Hay otras que creen que se puede hacer una buena película solo con trucos baratos de guión. Eso pasaba con El gran truco y pasa con El Departamento. La película es puro ir y venir en el tiempo contando una historia de cambio de identidades que logra que el espectador no se interese en lo más mínimo en la historia. McGuigan parte de una idea interesante pero logra un bodoque soporífero.
Para cuando ya pasó una hora ya no importa resolver el misterio. Uno porque es casi obvio y dos porque la narración es tan torpe y tan lenta que es más interesante dedicarse a ver lo linda que es Chicago en invierno.
El único momento de tensión, que encima es mínima, que hay en la película es cuando de la nada se le aparece la actual novia (Rebecca) al personaje de Hartnett en el aeropuerto. Y solo lo provoca por un truco de puesta en escena. No es que sea malo pero la verdad que podría haber pensado algo más original. Como si fuera poco queda completamente descolocado del tono que McGuigan eligió para el resto de la película.
Encima se cree moderno y por eso le da por la metatextualidad. Mete una obra de teatro dentro de la película en donde se cuenta una historia similar a la de la película. No solo el recurso es burdo sino que no se entiende porque está.
3 – Josh Harnett es absolutamente insípido. Incapaz de demostrar sentimientos. De provocar algo más en el espectador que no sea desidia. Sentimiento que con el correr del tiempo uno termina trasladando también a la película. La peor decisión que puede tomar un director de cine es darle un protagónico a Hartnett. Un tipo que ante semejante engaño al que es sometido en la película no es capaz de explotar de la bronca o de llorar por su novia perdida. Y no es que el personaje sea así de insensible porque si no no saldría a buscar a su ex. El problema es que no sabe actuar. Solo se para y mira a cámara con ojos medio entrecerrados y pone cara para la platea femenina (y masculina).
4 – Para rematarla usan un tema de Coldplay la banda más aburrida y carente de vida que existe en la historia del rock. Así como Coldplay no es rock porque rock y aburrimiento son términos que se contradicen, El Departamento no es cine porque cine y falsedad son palabras que nunca pueden ir juntas.
Steve Zissou
El Departamento
Wicker Park
EE.UU, 2004
Dirección: Paul McGuigan
Guión: Gilles Mimouni (guión original: L'Appartement) Brandon Boyce
Fotografía: Peter Sova
Música: Cliff Martinez
Edición: Andrew Hulme
Intérpretes: Josh Hartnett, Rose Byrne, Matthew Lillard, Diane Kruger, Christopher Cousins, Jessica Paré, Vlasta Vrana
Duración: 114’
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3 comentarios:
Fabio ya no me importa de qué peli hablas y hasta casi que me olvido cómo lo hablas. ES decir me fascina la pasión que desborda en tus escritos.
Como cuando un profe habla sobre algún tema de manera apasionada y a uno lo contagia, así Fabio así está labrada la tetona de Felinni.
Gracias
Estoy asustado porque estoy coincidiendo con Fabio (nota: tenemos la costumbre de pelear o discutir!). La máxima: rock y aburrimiento son términos incompatibles, me parece esplendorosa. y es cierto, coldplay es aburrido! jaja
pd: lo de este actor, que ahora me olvidé el nombre, es increible. ¿¿cómo puede ser tan maderón?? Es más duro que yo bailando y eso es taaaanto... (en 40 días y 40 noches se zarpa)
yo insisto en lo bonito que está este blog, los colores, la letrita, me gustan las letras chiquitas, prefiero 6 con lupa que 12.
también voy a decir que yo conozco íntimamente a un chico que es igual a ese actor tachado.
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