sábado, 5 de diciembre de 2009
jueves, 17 de septiembre de 2009
viernes, 11 de septiembre de 2009
Back in business
Esta foto no tiene nada que hacer acá pero es genial y por eso la puse.
En lo profundo de la oscuridad (o en el seno de la familia)
Esa oscuridad que esta en algunos cuentos de Cortázar esta también en la película de Sabanés. No se si es o no una adaptación fiel del cuento (como dije antes no me acuerdo bien del cuento) ni si tampoco hay referencias a otros cuentos de Cortázar como muchos críticos señalaron (lo que señalan sobre Casa tomada me parece absolutamente exagerado). Si puedo decir que la película toma un cuento para crear un film que vale la pena. La puesta en escena está cuidada al detalle. Todo transcurre en la casa y en el negocio de sombreros de la familia. La gran mayoría de los planos suelen ser planos que enmarcan a los personajes, que los encierran con la ayuda de la escenografía: el respaldo de la cama, los muebles, los marcos de las puertas, las lámparas se van multiplicando a lo largo de la película. Sin embargo tengo un reparo para con dos planos. No entiendo el porque del plano con el que inicia la película y que se repite al final. No le encuentro un sentido, lo veo como algo decorativo, una inutilidad narrativa (el concepto se lo robé a Diego Maté).
Mentiras piadosas relata la historia de una familia se fagocita así misma mientras intenta sobrevivir. Este es un tema recurrente en el cine nacional. Sabanés podría haber transitado el camino que recorrió Héctor Olivera en La nona y concebir un film burdo y lleno de subrayados pero eligió caminar más cerca de directores como Lucrecia Martel. Las familias que protagonizan los relatos de las distintas películas de Martel (aclaro que no vi La niña santa) y la que protagoniza este relato se asimilan. Lo primero que salta a la vista es la figura del padre ausente. En Mentiras Piadosas está muerto y en las películas de Martel son personajes sin peso, dubitativos, a la orden de un tercero. En La mujer sin cabeza el marido de Vero consultaba todo con el primo de su mujer y en La ciénaga el padre estaba siempre ebrio o ido. Estas familias se construyen alrededor de mujeres fuertes: la Madre, Mecha, Tía Lala. Habría que señalar también a la abuela que compone Lydia Lamaison que en su afán de controlarlo todo es capaz de envenenar a la mascota de sus nietos. También hay similitudes en la puesta en escena. Recuerdo que la tía Lala aparecía siempre enmarcada por el enorme respaldo de la cama y por esos antejos estrambóticos que usaba.
Por último me gustaría apuntar un par de cosas sobre el elenco. No soy de seguir actores, ninguno me despierta pasión (a excepción de los actores del Hollywood clásico) pero en este caso vale la pena. El elenco es brillante. Nunca había visto actuar a Marilú Marini. Es casi un mito del teatro y me daba a sospechar sin embargo compone a la madre de manera magistral. Esa sonrisa siempre pintada en la cara aún cuando por dentro siente ganas de putear es hipnótica. Del otro que dudaba por ser un “hombre de teatro” (premios imbéciles que reparte el gran diario argentino) era de Rubén Szuchmacher pero descubrí que es un actor brillante. El personaje que compone es siniestro y risible al mismo tiempo. Los actores que interpretan a los tíos están entre los mejores actores que vi en años. Finalmente voy a hablar de Víctor Laplace, un actor al que detesto y nunca le creo nada (menos aún como director), pero que en esta oportunidad está bien.
Una película que no es arruinada por Víctor Laplace merece ser vista.
El hombre equivocado
Mentiras piadosas
Argentina, 2008
Guión y Dirección: Diego Sabanés
Dirección de fotografía: Julián Elizalde
Dirección de Arte: Juan Mario Roust
Montaje: Alberto Ponce
Sonido: Guido Beremblum
Música: Rudy Gnutti
Producción: Benjamín Ávila, Diego Sabanés, Maximiliano DuBois
Elenco: Marilú Marini, Claudio Tolcachir, Paula Ransemberg, Walter Quiroz, Hugo Álvarez, Claudia Cantero, Verónica Pelaccini, Lydia Lamaison, Rubén Szuchmacher, Víctor Laplace.