domingo, 29 de junio de 2008

¡Una película romántica! (falsa y artificial)

Ser cinéfilo implica querer abarcar todo el cine. Tanto el viejo como el nuevo. Por eso estamos viendo películas todo el tiempo. A veces se nos pasan estrenos. En este caso se me pasó un estreno del 2005. No es gran cosa pero me despertó ganas de escribir.

1 – El Departamento (Wicker Park, 2004) se estrenó en el 2005. Yo se la pedí prestada a un amigo en el 2007 pensando que era The Apartment de Billy Wilder. Recién la vi en el 2008 para descubrir que no era la película de gran Billy sino que era un mamarracho de lo que queda del glorioso Hollywood.
La película empieza con unas imágenes del protagonista corriendo de acá para allá. Sobre esas imágenes se sobreimprimen los títulos de apertura con unos efectos digitales que entrecortan la imagen. Ese minuto que duran los títulos sirve para entender de que va la película: puro truco.
El director Paul McGuigan tiene una idea del cine que es bastante común: el cine debe ser artificio. Es un planteo similar al de Peter Greenaway en un punto. Greenaway sostiene que como el cine es artificio no cree que haya que ocultarlo sino todo lo contrario remarcarlo. Y así usa sobreimpresiones, escenarios artificiales, etc. El problema es que Greenaway y McGuigan usan su concepción del cine para decir cosas tan originales como que el mundo es una mierda y que todo se rige por el azar. ¿Alguien dijo 7, el número equivocado? ¿Quién mencionó El vientre de un arquitecto?

2 – Una constante del cine que se realiza en los primeros años del Siglo XXI es la de contar historias con temporalidades alteradas: Memento, I’m not there, La casa del lago, Babel, la ya citada 7, el número equivocado son ejemplo de esto. El Departamento pertenece a este grupo, pero al mismo tiempo forma parte de otra tendencia del cine de los últimos años: las película con vueltas de guión. Hay juegos con las historias que convierten a las películas en algo interesante: Los sospechosos de siempre, Los infiltrados o Ayer otra vez. Pero estas películas eran buenas a pesar de las vueltas de tuerca. Hay otras que creen que se puede hacer una buena película solo con trucos baratos de guión. Eso pasaba con El gran truco y pasa con El Departamento. La película es puro ir y venir en el tiempo contando una historia de cambio de identidades que logra que el espectador no se interese en lo más mínimo en la historia. McGuigan parte de una idea interesante pero logra un bodoque soporífero.
Para cuando ya pasó una hora ya no importa resolver el misterio. Uno porque es casi obvio y dos porque la narración es tan torpe y tan lenta que es más interesante dedicarse a ver lo linda que es Chicago en invierno.
El único momento de tensión, que encima es mínima, que hay en la película es cuando de la nada se le aparece la actual novia (Rebecca) al personaje de Hartnett en el aeropuerto. Y solo lo provoca por un truco de puesta en escena. No es que sea malo pero la verdad que podría haber pensado algo más original. Como si fuera poco queda completamente descolocado del tono que McGuigan eligió para el resto de la película.
Encima se cree moderno y por eso le da por la metatextualidad. Mete una obra de teatro dentro de la película en donde se cuenta una historia similar a la de la película. No solo el recurso es burdo sino que no se entiende porque está.

3 – Josh Harnett es absolutamente insípido. Incapaz de demostrar sentimientos. De provocar algo más en el espectador que no sea desidia. Sentimiento que con el correr del tiempo uno termina trasladando también a la película. La peor decisión que puede tomar un director de cine es darle un protagónico a Hartnett. Un tipo que ante semejante engaño al que es sometido en la película no es capaz de explotar de la bronca o de llorar por su novia perdida. Y no es que el personaje sea así de insensible porque si no no saldría a buscar a su ex. El problema es que no sabe actuar. Solo se para y mira a cámara con ojos medio entrecerrados y pone cara para la platea femenina (y masculina).

4 – Para rematarla usan un tema de Coldplay la banda más aburrida y carente de vida que existe en la historia del rock. Así como Coldplay no es rock porque rock y aburrimiento son términos que se contradicen, El Departamento no es cine porque cine y falsedad son palabras que nunca pueden ir juntas.

Steve Zissou

El Departamento
Wicker Park
EE.UU, 2004

Dirección: Paul McGuigan
Guión: Gilles Mimouni (guión original: L'Appartement) Brandon Boyce
Fotografía: Peter Sova
Música: Cliff Martinez
Edición: Andrew Hulme
Intérpretes: Josh Hartnett, Rose Byrne, Matthew Lillard, Diane Kruger, Christopher Cousins, Jessica Paré, Vlasta Vrana
Duración: 114’

domingo, 22 de junio de 2008

Mediodías Floreados

Este es el post número tres del blog y esta dedicado a uno de mis nuevos intereses: la radio.

Los diarios, la televisión e Internet han decidido que no vale la pena ocuparse de la radio. Solo le dedican un mínimo espacio cuando algún famoso de dudoso talento salta de la televisión al éter. Así es como Clarín le da la tapa al ganso de Dady Brieva y destina un recuadro pedorro para decir que Aliverti tiene un programa en radio Rivadavia. Hay un sinnúmero de radios dando vuelta por ahí a las que nadie les presta atención. Existen un montón de programas que valen la pena escuchar. La idea es entonces desde acá dar a conocer programas que nadie promociona.
Empezar hablando de Bobby Flores quizás sea contradecir un poco lo que señalaba en el primer párrafo. Pero a pesar de ser un personaje conocido en el ámbito radial, desde que se fue de Rock & Pop se convirtió en un marginal de la radio (en una de esas estoy exagerando un poco). Ya hace un tiempo que se fue de la famosa FM. Primero tuvo un programa en la extinta Spika (103.1), ahora Radio Uno, y uno en Kabul (107.9). Ahora tiene dos en Kabul. Pero voy a hablar de uno solo de ellos.
El programa en cuestión se llama Bobby vs. Flores. El nombre no es muy original (la originalidad no es algo que abunde hoy en día) pero el oficio de Flores en el micrófono hacen que el programa sea uno de los mejores al aire en este momento. Dura tres horas y en ningún momento decae. No es fácil llevar un programa durante tres horas por más que pase mucha música. Fluye como no fluyen otros productos radiales. Varsky por ejemplo a la mañana no logra llevar bien su programa en Aspen (102.3). Por momentos aburre. Sobre todo cuando esta en llamada con su columnista de economía o algo así.
Lo acompañaba Santiago Calori un hombre de profesión incierta. No porque carezca de una sino porque el reniega de cualquiera que se le adjudica. Se presenta como un hombre que vio muchas películas. El encanto de Calori está ahí en no definirse como nada sino ser uno más que dice lo que un crítico profesional no diría. La total y absoluta falta de filtro a la hora de decir las cosas son lo que convierte a Bobby vs. Flores en un programa irresistible. Un programa en donde se dicen cosas como que los críticos de cine son gordos con olor a culo, que la revista Cinemanía es pura gacetilla o que los de Radiohead no tienen ganas de vivir no puede ser malo. Flores y Calori no tiene ningún reparo en decir lo que se les canta. No es pegar por deporte. Ambos hablan desde el hastío que les prova el que no se digan las cosas como son. Como ellos creen que son mejor dicho. Que yo no coincido con todo lo que dicen.
Bobby vs. Flores es un programa verdaderamente gracioso. No caen en recursos berreta para hacer reír. No lo conduce ni Dady Brieva (que logro que un tipo con futuro como Ariel Tarico se volviera choto), ni la Canosa, ni el soquete de Alejandro Fantino. Flores con su fina ironía arranca más sonrisas que una catarata de chistes de Rolo Villar. Calori no se queda atrás. La manera en que dice las cosas es genial. Medio en serio, medio en joda. Es inevitable estallar de la risa. Escucharlo leer su lista de noticias o las listas de gordo rencoroso es sublime. Prueba de ello es que las listas del gordo por si solas no son tan graciosas como cuando las leen Calori y Flores. Los agregados de ambos levantan hasta las listas más pedorras que confecciona el gordo platense.
Pero el programa no esta hecho solo de chistes o oneliners de los conductores. La musicalización es realmente buena. Alternando temas de bandas conocidas por el público masivo con temas de bandas menos conocidas. Mezcando temas viejos con temas nuevos. Un tema de MGMT, un tema de Kasabian, un tema de Stone Temple Pilots, un tema de The Kooks y así. Lo único que señalo como un defecto de la musicalización, defecto que extendería a toda la programación de Kabul, es la casi ausencia de música nacional. No quiero que pasen Berusit Vergarabat pero un tema del Virus post Recrudece o un tema de Los Alamos, poniéndome más actual, podrían pasar. Escuche un par de temas del último disco de Victoria Mil y están buenos. Podría ser una opción.
Los mediodías son una cagada en la radio. Nunca hay una goma para escuchar. O hay un noticiero choto que repite lo que dijo el de la mañana y lo que dirá el de las siete de la tarde o está el final de algún magazine conducido por algún famoso que no pegó laburo en la tele pero vende. Bobby vs. Flores está ahí para alegrar nuestro mediodía. Sintonicen sus radios al final del dial y disfruten.

Steve Zissou

Bobby vs. Flores
FM Kabul (107.9)
Lunes a Viernes 12 a 15 hs.
Conducción: Bobby Flores y Santiago Calori
Musicalización: Daniel Dottore

viernes, 20 de junio de 2008

Nostalgia por el viejo duque

Primer post sobre música. Esta vez no cubro un estreno sino que hablo de un disco ya entrado en años pero que me baje de Internet hace poco y descubrí que a pesar de tener 28 años tiene una gran fuerza.

Ningún comienzo o fin de cualquier movimiento o tendencia artística coincide con el comienzo o final de una década, pero muchos se esfuerzan en hacerlo coincidir y así intentar decir que los 70 tienen un sonido, que los 80 otro, etc. A ellos habría que preguntarles en que se parecen Yes y New York Dolls o AC/DC y Talking Heads. Ninguna década tiene un sonido en particular. Quizás se pueda afirmar que existen períodos de X duración que comparten ciertos rasgos sonoros.
Prueba de que nada se puede explicar a partir de períodos temporales es la obra de David Bowie. En 1980 Bowie, que venía de su “trilogía de Berlin” compuesta por Low, “Heroes” y Lodger, edita Scary Monsters que es un compendio de todo lo que venía haciendo desde aquel lejano The Man Who Sould The World de 1970.
Las canciones del disco son una mezcla de todas sus experimentaciones hasta el momento. Scary Monsters (and super creeps) no solo es la canción que da título al disco sino que las guitarras que suenan en ella son prueba de esta mezcla que caracteriza el disco. Suenan a los tempranos setenta pero al mismo tiempo más oscuras. Cercanas a Bauhaus. Sin duda alguna si hay un rasgo distintivo de este disco es el sonido y la presencia constante de las guitarras. En los discos anteriores de Bowie las guitarras no abundaban. Desde Diamond Dogs de 1974 que no hacía un disco guitarrero. La voz de Bowie tiene también un tono más oscuro, algo que retomaría en temas como New Angels Of Promises (Hours…, 1999) y Bring Me The Disco King (Reality, 2003) . Scary Monsters (and super creeps) no es la única canción que es fruto de las experimentaciones. En el caso de Up the hill backwards, que es la canción que más recuerda al Bowie de los primeros 70, las guitarras no suenan tan “oscuras” y el bajo y la percusión por momentos parecen sacados de Space Oddity. También esta Fashion con su onda funkosa y disco al mismo tiempo como si fuera un tema de Young Americans.
Pero así como hay momentos del viejo Bowie hay cosas del Bowie que estaba por venir. Ashes To Ashes, LACANCIÓN del disco, es el antecedente de China Girl una gran canción de cuando el duque blanco ya se metía de lleno en el pop de los ochenta (aunque al llamarlo así me contradiga). Kingdom Come, es una bellísima canción compuesta por Tom Verlaine (Television) que acerca a Bowie nuevamente a lo que serían sus discos de “pop ochentoso”. Because You’re Young y su teclado de fondo, al igual que el sintetizador del final, anticipan en algún punto temas como Tonight o This Is Not America o el más nuevo Thursday’s Child.
Scary Monsters es un muy buen disco con grandes temas como Ashes To Ashes y temas del montón como el doble It’s No Game, pero lo cierto es que es una prueba de la vitalidad y del genio del Bowie de aquellos años (Hace 5 años que no edita un disco). Este disco cierra una etapa en la discografía de Bowie. Después de esta edición ya no volvería a sacar ningún disco tan bueno. Solo habrá discos con tres o cuatro canciones buenas y el resto puro relleno o directamente pésimos discos como Never Let Me Down (Y lo dice un fan de Bowie). Una pena (Grande).

Steve Zissou

Scary Monsters
Grabación: Londres, 1980
Sello:
RCA Records
Producción: David Bowie, Tony Visconti
Personal: David Bowie; Dennos Davis; George Murray; Carlos Alomar; Chuck Hammer; Robert Fripp; Roy Bittan: Andy Clark; Pete Townshend; Tony Visconti; Michi Hirota


Este es el video de Ashes to Ashes:


martes, 17 de junio de 2008

El Aventurero Aburguesado

Este el primer post de cine en la tetona de fellini. La excusa es la nueva de Indiana Jones que cumple por momentos y decepciona en otros.

Las secuelas son todo un tema. Si la primera fue muy buena la pregunta es: ¿Será tan buena como la anterior? Si fue mala la pregunta es: ¿Para qué una segunda parte? Pero cuando la historia ya va por la cuarta las preguntas ya son inútiles. Realmente no vale la pena preguntarse por películas como Viaje a las estrellas X: Némesis. Pero de vez en cuando hay secuelas que despiertan interés y dan ganas de hablar de ellas. A favor o en contra.
Hace un par de jueves atrás se estrenó Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal la cuarta parte de la saga protagonizada por el arqueólogo aventurero Indiana Jones.
Fui a ver Indiana Jones y el reino… con muchas expectativas. La película no me defraudo. Es muy entretenida. No esta a la altura de la primera y de la tercera entrega de la saga pero es mejor que la segunda. Pero a medida que pasaba el tiempo y la pensaba me di cuenta de que había muchas cosas que no me gustaban de la película que hacían que pareciera una de los tantos bodrios de la marca James Bond que nos entregan cada tanto las Majors. La película empieza como el resto, con el jueguito con el logo de la Paramount, lo cual hace que uno pinese que las cosas van a ser como uno espera. Pero algo cambio. Indy aparece ahora como un ex agente del gobierno de E.E.U.U., como un héroe de guerra con un sinfín de medallas, etc. Ya no es más amigo de buscas como Sallah, ahora es amigo de generales que lo saludan efusivamente como si fuera McArthur. Tuve la sensación de que me lo habían cambiado. Que no era el Indy que yo conocía. Que el Indy que amo no diría nunca: ¡I like Ike! Sentí que Indy se me aburguesaba y el final de la película me lo confirmó. A partir de ahora Indiana Jones es un catedrático, un empleado y ya no más un aventurero. Eso quedará para el joven Henry Jones III.
A pesar de haberse aburguesado Indy sigue estando en forma. Es cierto que esta viejo pero corre, salta, se pelea y gana minas como siempre. Se pelea con cuanto ruso se le cruza en el camino y tiene una pelea con un comandante soviético que intenta ser como aquella pelea arriba del tanque de Indiana Jones y la última cruzada. La violencia de aquella escena, el vértigo que producía no será igualado jamás (Y la cara del nazi al borde la muerte tampoco). Ni siquiera por esas hormigas que se morfan al rusito. Y como siempre está un paso adelante. Prueba de ello es esa pequeña escenita en donde lo garca al muchachito de la cerbatana, que en un punto funciona como reescritura o cita indirecta de la que Indy se despacha al árabe de la espadota. Pero ese no es el único guiño a otras películas. Por ahí ronda la estatua del gran Denholm Elliott (Marcus Brody) y un cameo de el Arca de la Alianza.
Prueba de que Indy esta ya en otra cosa es que la película tarda en arrancar. La escena del principio no alcanza. No tiene el efecto que tenía ese quilombo infernal que se armaba en Indiana Jones y El templo de la perdición con Kate Capshaw bailoteando mientras el se cagaba a trompadas con unos chinos. La cuarta de la saga recién arranca cuando aparece Shia LaBeouf, un chico bonito al que le enchufaron un papel que le queda un poco grande pero que lo lleva con dignidad, que le devuelve la vitalidad al achanchado de Jones. Su entrada a lo Marlon Brando tiene un efecto cómico. Nadie se la puede tomar en serio. No es más que una cita cinéfila si bien sirve para presentar ya de entrada la psicología del personaje. Y a partir de la pelea en el bar la película ya se desquicia hasta picar bien alto en la escena de la selva donde durante unos cuantos minutos asistimos a una de las mejores persecuciones en varios años con bombas, duelo de espadas y monos incluidos.
Pero… ¿Y la nueva chica de Indy quién es? No es ninguna nueva sino una vieja conocida: Marion. No veía en la pantalla a Karen Allen desde un pequeño papel en Una tormenta perfecta aquella película de Wolfgang Petersen, que era un muy buen exponente de lo que son las película de aventuras como este Indiana Jones (por momentos). Esta absolutamente bella con esa sonrisa compradora. Como Marcus ya no esta entre nosotros había que traer a algún viejo y lo trajeron a John Hurt que esta casi al pedo. Pero por lo menos no esta insoportable como en los Crímenes de Oxford.
Hay una constante en las cuatro películas. La moraleja, algo mal visto incluso por mi pero que no necesariamente es malo, termina siendo siempre la misma. El conocimiento tiene un límite y vos sujeto pedestre no podes saber más de lo que se te permite. No podes usarlo como elemento de dominación. Y quien intente hacerlo tendrá su ajusticiamiento. Ya sea a través una bola de fuego que queme a todos o de un vaso de agua te quita la vida. Acá hay unos extraterrestres que se encargan de darle su merecido a la villana rusa. ¿Extraterrestres en una película de Indiana Jones? Si porque si hay algo que caracteriza a Indy es la Fe, su falta de escepticismo (aunque a veces le sale el empirista de adentro). Es la misma Fe que profesa Spielberg por el cine. Esa Fe que lo lleva a creer que el cine todavía puede emocionar con recursos validos sin meter a mano a golpes de efectos sin sentido, a vueltas de tuerca desubicadas o a una puesta en escena aceleradamente idiota, aunque a veces esa Fe lo lleva por mal camino y filma papelones (no en este caso) como Hook.

Steve Zissou

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal
Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull
Estados Unidos, 2008
Dirección: Steven Spielberg
Guión: David Koepp
Fotografía: Janusz Kaminski
Música: John Williams
Edición: Michael Kahn
Intérpretes: Harrison Ford, Cate Blanchett, Shia LaBeouf, Karen Allen, John Hurt, Ray Winstone y Jim Broadbent
Duración: 122 minutos

EL TERCER TIRO

Es de público conocimiento que me gusta el cine. Que en realidad más que gustarme tengo una obsesión y que en cualquier reunión si se habla de cine voy a estar ahí indignándome con las opiniones de quienes discuten. Hace un tiempo decidí que hablar sobre cine no me llenaba y que si algún día quería dedicarme a la crítica de cine lo mejor era empezar a escribir aunque no lo leyera nadie. De a poco empecé a escribir más y lo fui colgando en Internet, pero por una u otra razón abandoné mi primer blog. Armé un segundo blog con amigos, que no abandoné ni voy a abandonar, pero no es el lugar más propicio para notas sobre cine. Por ello es que me decidí a dar vida a un tercer blog. La idea es básicamente publicar notas sobre cine, que sean lo más amplias posibles y que abarquen la mayor cantidad de películas. Ya sean estrenos, dvd’s viejos o nuevos, películas vistas mil veces, etc.

Sin embargo el cine no es mi único interés y últimamente me limité solo a escribir sobre cine. Alguna que otra vez despunté el vicio escribiendo pequeñas notas sobre rock. Pero lo cierto es que hay otras cosas que también me interesan. Como futuro crítico (eso espero) me interesa la cultura popular. Por eso en este blog va a haber notas relacionadas tanto al cine como al rock, la radio y la tv. Disto de ser un especialista en ninguno de los temas sobre los que escribo y escribiré, es solo la perspectiva de alguien apasionado que siente la necesidad de escribir y que ansía algún día vivir de ello.

Hay una infinidad de blogs dando vueltas por ahí sobre cine, música, etc. y es muy difícil crear uno que sea original entre tanta cosa. Lo único que puedo aportar al bastísimo mundo blogero es mi mirada “desprejuiciada” sobre estos temas y mis ideas que quizás aporten algo de originalidad y también algo a la discusión. Pero para llevar acabo ello es necesario el aporte de los lectores. Y que posteen y discutan cada una de las ideas que expreso en el blog.

Espero que disfruten el blog y que les de ganas de discutir.

Steve Zissou



gracias por pasarrr

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